Si tengo que resumir el año en dos palabras, aprender y adaptarse serían las que mejor lo definirían. Ha sido un año en el cual he llegado al corazón de la fisioterapia, he sentido la necesidad de trabajar por esta profesión y por las personas que necesitan de ella. Las "gracias" y las sonrisas agradecidas son gestos que dan vida, como la fisioterapia. Mi vida se llena de esos gestos.
En cuanto al blog, ha sido enriquecedor descubrir esta forma de comunicación. Gracias a la asignatura de "Intervención en Fisioterapia Comunitaria y Gestión en Fisioterapia" por abrirnos la mente, por ayudarnos a reflexionar sobre temas tan importantes, por enseñarnos la base de nuestra profesión y situaciones futuras a las que muy pronto nos enfrentaremos como fisioterapeutas.
Sin duda, será un año para recordar. Y hablando de recuerdos, os dejo una cita que leí el otro día en el pregón que dio hace un año el profesor Julián Maya en su pueblo, Fuentes de León.
"Los recuerdos no son espejos objetivos de la realidad, sino más bien sombras afectivas alimentadas por la emoción y coloreadas por el cariño a las personas y a las cosas con las que hemos compartido una fracción de nuestro tiempo"
Así me siento, agradecida (otra palabra que define este año) con todas las personas que he conocido y que me han hecho todo más fácil, con los que están siempre y me dan ánimo cuando lo necesito y por supuesto, agradecida con mis pacientes.
Esto no es un ADIÓS, no me gusta esa palabra, es un HASTA PRONTO.


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